En el reino de los cielos, estos días se notaba,
un silencio casi triste porque Dios no se escuchaba.
Los ángeles preocupados ya de esto murmuraban,
porque veían a Dios callado y con cara extraña.
*Un ángel tomó coraje, quiso ver lo que pasaba,
que era lo que a ese Dios grande, tanto lo atormentaba.
Se dirigió hasta el trono y con voz entrecortada,
el ángel rompió el silencio, su eco lo acompañaba.
Con su permiso Señor, su Majestad mas sagrada,
puedo preguntarle si algo a usted lo preocupaba,
El gran Dios le contestó, una luz está apagada,
una luz de muchos dones casi se siente frustrada.
*Necesito hacerle ver que ella es privilegiada,
Que me hacía sonreír cada vez que la escuchaba.
Se rodea de instrumentos, violín, teclado, guitarra,
ella tiene el instrumento en su voz y su garganta.
*He repartido talentos a las distintas personas,
actuación, dibujo, música y todos los tiene en su alma.
Entonces Dios se puso en pié y dio una orden sagrada,
quiero un millar de arcángeles que le den ánimo a Ara.
*Que le recuerden que siempre ha ganado sus batallas,
quiero que sepa Araceli que necesito escucharla,
disfrutar las melodías que su voz dulce entonaba,
Y que los demás mortales también quieren disfrutarla.
*Dios el creador de los dones y de los grandes talentos,
está sentado en su trono, manteniéndose en silencio,
porque quiere escucharte y cantar El desde el cielo,
Y verte brillar de nuevo con la luz de tus talentos.
Diego.
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